A Orianthi me ha costado traerla a este espacio personal, aunque estaba deseando hacerlo. Me atraía su semblante, su biografía, su sorprendente carrera llena de colaboraciones con músicos de renombre… quería abrirle un espacio en el que las dos nos sintiéramos cómodas. Un punto de encuentro. Pero me faltaba encontrar la canción. Esa canción que puedo escuchar una y otra vez haciéndola mía.
Orianthi Panigaris (1985), australiana de ascendencia griega, comenzó a ser conocida cuando Michael Jackson la eligió como guitarra solista para su gira “This is it” en el 2009, gira que no pudo ser, tras la muerte de Michael. Pero hasta ahí había llegado la pequeña Orianthi, que con once años tocaba el piano, la guitarra acústica y eléctrica, y era considerada una virtuosa a los catorce. Quizás algo tuvo que ver la pertenencia de su padre a una banda de música griega, lo que le había acostumbrado a tener muchos instrumentos tradicionales en casa, y que había crecido escuchando discos de Jimi Hendrix, Eric Clapton o Carlos Santana. Pero no hubiera sido suficiente si su genio artístico no hubiera estado atento a las oportunidades y dispuesto a aprender de los mejores, siendo además una alumna aventajada. Como dato, solo decir que Santana la invitó a tocar con él en Adelaida, la ciudad natal de Orianthi tras verla en una jam session. Tuvo que ser importante para ella, ya que el guitarrista mexicano era su ídolo desde que lo vio tocar en esa misma ciudad cuando tenía once años, en una de sus giras, y decidió que “quería ser como él”, por lo que se encerraba con su guitarra PRS de los ochenta, que aún conserva, y durante cinco o seis horas diarias imitaba sus solos de guitarra, reproduciendo vídeos de Santana, B.B. King o Hendrix, una y otra vez.
También fue llamada, entre otros, por Prince, Alice Cooper (tocó durante varios años con él) o Steve Vai para sus giras, codeándose con Eddie van Halen o Richie Sambora, del que además fue pareja. Estamos ante una guitarrista y compositora de primer orden, carismática y versátil, a la que vale la pena conocer.
En el año 2013, Orianthi sacó su tercer álbum de estudio “Heaven in this hell”, once temas en los que se mueve entre el pop y el rock o se acerca al blues. Dentro de los segundos, encuentro una hermosa balada titulada “How do you sleep” en la que Orianthi habla de un desengaño amoroso, no importa saber mucho más y en realidad, siento que debe de ser un privilegio dejar fluir tus sentimientos a través de las notas de una guitarra como ella es capaz de hacer.
“Boy, you tried to make a mess of me, tear me down and make me believe, Thank God, I didn’t fall too deep, Why you try to make a mess of me?”
Orianthi se hizo muy popular a partir de su interpretación de “Vodoo Child” de Jimi Hendrix durante la celebración del Festival Summer Sonic en Japón en el año 2010. El vídeo que recoge el momento, subido en el año 2011 a YouTube, tiene en su haber más de diez millones de visitas, aunque ella no se muestra muy contenta del resultado “demasiado ruidoso”prefiriendo en sus actuaciones una conexión más íntima.
Imposible pasar por alto su relación sentimental de cuatro años con el ex guitarrista de Bon Jovi Richie Sambora, que duró hasta el año 2018 y con quien formó el dúo RSO en ese periodo con el resultado de dos EP y un álbum de larga duración. Continúan teniendo una buena relación, ahora cada uno en solitario, pero de lo que no cabe duda es de que juntos sumaban.
Richie Sambora & Orianthi – How do you sleep?
La discografía de Orianthi ha continuado creciendo, lanzando un álbum en el 2020 “O” y dos en el 2022 “Live from Hollywood” y “Rock Candy”. “La diosa de las seis cuerdas” como se la conoce, siempre sigue sus propias normas, navegando en estilos más desenfadados y cercanos al pop o yendo a ritmos más rockeros, con su guitarra como bandera, aportando su sello personal y consiguiendo conectar con un público más joven o más conservador en cuanto a música se refiere.
“How do you sleep”, nuestra canción, sigue estando en su repertorio y nunca falta en sus actuaciones en directo. Esa Orianthi aferrada a su guitarra, con aroma de blues, es la mía. Me gusta verla aparecer con su larga melena rubia, sus uñas de colores, mascando chicle (“como una vaca” dice en una entrevista “es horrible, pero me relaja”) y de pronto transformarse, fusionarse con el sonido de su guitarra, que es para ella algo más que un vehículo para expresarse, porque forman una unidad en la que no sabes dónde empiezan una u otra.
Sé que prefiere los conciertos más íntimos a los multitudinarios, por lo que el último vídeo recoge su actuación en el Skyville Live en Nashville, en el 2018, donde es simplemente ella misma, o tal vez su guitarra, Orianthi.
Orianthi que significa flor en griego, tiene muchas guitarras que utiliza para diferentes texturas, pero su inseparable es una PRS prívate stock, decorada como una camiseta de Jimi Hendrix que tuvo de niña, esa niña que se veía sin parar vídeos VHS de Santana y que, a pesar de su juventud, y del largo camino que le queda por delante, vio muy pronto hacerse su sueño realidad.
Y es que, si te esfuerzas lo suficiente y realmente lo mereces, los deseos también se cumplen.